Ismael Noé V.
OPINIÓN
La Biblia, en su enfoque de vida, constantemente nos recuerda que las relaciones terrenales tienen una dimensión celestial: las acciones contra los seres humanos provocan la reacción de Dios. Nada de lo sucedido ha escapado a su mirada y nuestras transgresiones no podrán evitar su juicio irrevocable. La reciente y "novedosa" protesta escatológica emprendida por sectores opositores hace honor a las dos terribles acepciones del término. Dios ve cada barbaridad cometida contra el pueblo sufriente por quienes han ignorado la voz de su conciencia y la propia voz del Creador.
A la luz de la Teología de la liberación, nos preocupa la situación inhumana a la cual estamos siendo sometidos, la situación violenta de pecado estructural, la injusticia especulativa y hambreadora, la escasez planificada e inducida, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la complicidad de funcionarios, la inseguridad e impunidad campeantes, el empleo de niños y niñas con fines delictivos y un funesto y largo etcétera acompañado de acciones y omisiones de bando y bando.
Todo lo anteriormente señalado conduce al país a un abismo, un agujero negro del cual resultaría muy difícil escapar una vez atrapado en sus fauces; ante estas atrocidades que prefiguran un desenlace catastrófico al estilo Libia o Siria (recomendamos la lectura del artículo de Atilio Boron: "Venezuela en la hora de los hornos"), o la resignación a vivir en una sociedad signada por el terrorismo y el rugir de la motosierra, se impone la tarea urgentísima e impostergable de impulsar desde abajo la transformación social y estructural, la promoción humana, la revalorización de la vida, la integración solidaria de las comunidades, el cese de la impunidad de corruptos y violentos y la conversión personal que nos permita superar el individualismo y avanzar hacia la cimentación del "nosotros" y la otredad (reconocimiento del otro).
La Biblia nos recuerda que existe un "tiempo para bailar y un tiempo para llorar", ojalá no erremos en la correcta interpretación del tiempo histórico.
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